viernes, 10 de junio de 2011

CONVERSÓN DE CORAZÓN

Una transformación de vida solo sucede cuando la persona se vuelve para Dios. Cuando ella abre su corazón y se lanza en los brazos de Él, es con seguridad de que Dios a partir de ese momento le comienza a guiar y a cuidar. De igual manera Él viene a dar la Protección a nuestra familia, coloca  la paz, la armonía y la prosperidad en nuestra vida.

La voluntad de Dios es que todos tengamos una vida con abundancia, pero es uno quien tiene que decidir si quiere una vida prospera. Un ejemplo de esto fue el pueblo de Israel. Era un pueblo de Dios, pero aún así ellos se encontraban sufriendo, porque ellos no se volvían para Dios. El pueblo de Israel sufría miserias, dificultades y constantemente era derrotado por falta de que ellos no querían volverse para Dios. Ellos no querían asumir un compromiso con Dios y esto era la causa de su sufrimiento.

Hubo una época en que el pueblo de Israel estaba viviendo una gran sequía y una miseria, a causa de que una plaga tremenda de langostas atacó la tierra y la devastó, esto trajo mucho sufrimiento al pueblo. Las personas no entendían el porque de aquella situación, si ellos creían en el Dios de Abraham. La razón de esto, es que ellos creían en Dios, pero no estaban poniendo por obra Su Palabra. Esto trajo como consecuencia la falta de alegría, la paz y los deseos de vivir  se habían terminado.

El profeta Joel se acercó y dijo: “Por eso pues, ahora, dice el Señor, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento. Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos al Señor vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo”. (Joel 2:12-13). ¿Qué significa conversión? Conversión es cambio de dirección o  cambio de actitud. Dios le estaba pidiendo a Su pueblo que se volvieran a Él y que asumieran un compromiso.

Cuando uno se vuelve para Dios y pasa a obedecer Su Palabra, lo primero que viene es la paz interior y la seguridad. Por supuesto no se está diciendo que los problemas serán resueltos de inmediato. Pero la diferencia es que cuando uno se vuelve o se convierte a Él, dentro de uno hay una paz interior y nace la seguridad de que se va a vencer.  Conforme se va buscando a Dios, y se va poniendo por obra Su Palabra, la situación comienza a cambiar.

Cuando una persona se arrepiente de los pecados que ha cometido, Dios le perdona, Él borra el pasado, los errores y Dios le limpia. Muchas son las personas que su vida no cambia por el motivo de que ella no toman la decisión de entregar su vida a Dios y esto trae como consecuencia la infelicidad en su vida. Dios quiere la felicidad para nuestra vida, pero Él solo puede manifestarse en nuestra vida, cuando asumimos una alianza o un pacto con Él.

Cuando el pueblo de Israel se volvió para Dios y asumió tener un compromiso con Él, todo en la vida de este pueblo comenzó a cambiar y aquella miseria se convirtió en prosperidad. Es el Espíritu Santo quien guía nuestros pasos, los ilumina y nos enseña el camino a seguir. Esto trae como consecuencia el gozo, la paz, la alegría y los miedos desaparecen.

Cuando el Espíritu entra en la vida de una persona, Él da el poder para vencer el mal y nunca más los espíritus malignos pueden prevalecer sobre la vida de aquel que se vuelve para Dios.

Si usted quiere que el Espíritu Santo entre en su vida, el primer paso es  asumir un compromiso con Dios y comenzar a obedecer y ser fiel a Su Palabra. De esta manera la abundancia y  la prosperidad vendrá sobre su vida. El Espíritu Santo debe ser la prioridad en nuestra vida, porque lo más importante no es lo que se conquista, la prioridad es nacer de Dios, ya que esto es lo que nos lleva a ser verdaderos vencedores. La palabra de Dios dice: “Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo”. (1 Juan 5:4)  Si usted acepta al Señor Jesús en su vida y asume un compromiso con Él, usted verá la grandeza de Dios manifestarse en su vida. Dios les bendiga.

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