lunes, 13 de junio de 2011

EL SACRIFICIO DE ABEL

Sacrificio significa poner la vida en el altar de Dios, esto es, dar todo de uno para Dios. Cuando uno pone la vida en la dependencia de Dios, uno muestra para Él, el amor y una verdadera fe. Solo sacrifican aquellos que creen, se puede decir que el sacrificio es la mayor demostración de fe de uno hacia a Dios y esto es lo que llama la atención de Él.
La Palabra de Dios dice: “La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que se no se ve”. Hebreos 11:1. La certeza es la seguridad de que uno va a recibir lo que uno espera, la convicción es el significado de que a partir del momento en que uno actúa la fe, el Espíritu Santo entra en acción para manifestarse en nuestra vida.
“Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella”. Hebreos 11:4. Caín y Abel, eran hermanos, los dos recibieron la misma educación, pero Abel, se entregó a Dios, poniendo su vida en el altar y ofreciendo su perfecto sacrificio, en cambio Caín menospreció a Dios ofreciéndole cualquier cosa, poniendo en el altar de Dios lo que le estaba sobrando. Cuando la persona se dispone a sacrificar, es porque ella está demostrando una fe y Abel, ofreció un sacrificio a Dios movido por la fe.
“… Y miró el Señor con agrado a Abel y a su ofrenda; pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya”. (Génesis 4:3-4). El sacrificio de Abel tuvo sangre, en cambio la ofrenda de Caín fue una ofrenda común, no tuvo sangre. En la actualidad no es diferente, existen personas que conquistan, que son prosperas y respondidas por Dios, porque ellas han sacrificado. En cambio la vida de otras personas sigue de la misma manera, están vacías de la Presencia de Dios, porque hasta el momento no ha existido una entrega sincera y completa. La vida no ha sido puesta en sacrificio en el altar de Dios y no ha existido una verdadera manifestación de fe.
“…Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante. Entonces el Señor dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante? Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él”. Génesis 4:5-7. Dios no hace acepción de personas, cuando la persona está dispuesta a poner su vida en el altar de Dios, esto trae como consecuencia las bendiciones y las conquistas en la vida de ella.
Dios mira el sacrificio que uno hace delante de Él, conoce nuestro corazón y sabe cuando nosotros estamos siendo sinceros de  Él y Caín no fue sincero delante de Dios. Caín movido por la ira, por el odio, los celos, mató a su hermano y Dios le preguntó: “…¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra”. Génesis 4:10.  Cuando se sacrifica, la sangre que es derramada, clama a Dios por uno, es así, que el sacrificio clama por nosotros. Si usted quiere ofrecer su vida en sacrificio a Dios, es necesario entregarse de cuerpo, alma y espíritu, es estar dispuesto a hacer un pacto con Él y ser fiel a Su Palabra.
Si usted ha tomado la decisión de dar un basta a su sufrimiento y quiere  un cambio en su vida, entonces usted estará dispuesto a sacrificar, esto es, a entregar su vida por completo a Dios. Tenga la seguridad que a partir del momento en que usted comienza a poner a Dios en primer lugar en su vida, es por lo consiguiente que la transformación va a acontecer en su vida. Dios los bendiga.

No hay comentarios:

Publicar un comentario