martes, 30 de agosto de 2011

Congresso V.V.V. – ¿En qué Invertir?

 Preguntita incómoda para muchas personas que ya consiguieron definir que es lo que quieren: “queremos ser cabezas y no vamos a renunciar a eso por nada, vamos a ser patrones y nunca más enriquecer a nadie, a no ser a nosotros mismos”.
A partir de allí, comienza una batalla feroz.
¿En qué invierto?
¿Gastronomía? ¿Tecnología de punta? ¿Construcción civil? ¿Confección? ¿Educación?
¡Ah! ¡Mi Dios! ¿Qué hago con mi vida? ¿Por dónde voy?
En esta búsqueda desesperada por el ramo correcto, las personas luchan de tal manera, que terminan ni atando ni desatando, ni subiendo ni bajando, y salen del mercado de trabajo como entraron: con un drama, un sueño y con una mano adelante y otra atrás.
Resultado de este conflicto: abortan sus metas, desisten de sus sueños, vuelven a ser esclavas de algún otro y terminan muriendo sin experimentar el bien. Dejando como herencia para los suyos, una lista de fracasos y otra de deudas, que parecen impagables.
Y todo esto puede acabar, cuando se dieran cuenta de que la mayor inversión que alguien puede hacer es en sí mismo, pues, ella nunca va establecer un patrimonio mayor que ella misma.
¿Cuándo y cómo sucede eso?
Cuando ella coloca su necesidad de un encuentro con Dios, y de ser poseída por el Espíritu Santo, por encima de cualquier especialidad o formación, veamos el texto de abajo:
“Entonces el Espíritu del señor vendrá sobre ti con poder, y profetizarás con ellos, y serás mudado en otro hombre.” 1 Samuel 10:6
Por lo tanto, invierta seguro: ¡INVIERTA EN USTED!
Obispo Guaracy Santos

lunes, 29 de agosto de 2011

Alcance sus metas junto a Dios


¿Hasta dónde usted quiere llegar? ¿Ya pensó en eso? ¿O usted es aquel tipo de empresario que va llevando la vida?  Usted necesita tener un objetivo determinado para alcanzar, sino los contratiempos de la competencia lo desviaran de la línea de llegada.
A partir de algunas comparaciones, podremos visualizar lo que estoy diciendo. El empresario sin meta es igual a un barco sin el timón, que está a la deriva sobre las olas del mar. ¿Cuál será su final? El naufragio. Ahora imagine una cámara fotográfica con lentes sin foco. ¿Qué tipo de fotos saldrán de ella? Las peores posibles. Por eso, tenga siempre el foco delante de ti. Piense ahora en un parabrisas empañado de un automóvil. ¿Qué acontecerá? Un accidente. Entonces, tenga siempre la visión nítida de ese foco. Ahora imagine su empresa sin una meta y usted sin un sueño. ¿Cuál será el destino de ambos? La quiebra y la frustración.
La bancarrota de muchas empresas  es consecuencia de esa falta de elementos direcionadores, esto es, la falta de objetivos a ser alcanzados. No se puede administrar una empresa subjetivamente, sin saber dónde llegar. Es necesario soñar, y soñar alto. Es necesario motivar a los funcionarios, es necesario imaginar el éxito, creer de hecho en su condición empresarial.
Es prácticamente imposible ver el éxito empresarial sin la existencia de un punto demarcado  para llegar. Sin perspectivas osadas, el empresario no conseguirá alcanzar el éxito, pues él está siempre  a una distancia promedio entre la osadía y la visión de futuro que posee.
Demarque hoy mismo un objetivo para su empresa y persígalo hasta lograrlo. Soñar con una empresa grande y trabajar para alcanzar ese objetivo no significa tener espíritu de soñador, una vez que este no se esfuerce para conquistar, simplemente espera que el progreso caiga del cielo. ¡Y lógico que eso no va a suceder! Por eso, vemos tantos empresarios fallidos.
No obstante todo lo que fue hablado, defina muy bien sus metas con proyectos inteligentes, pero no se olvide de acompañarlos de cerca, porque sin una actitud como esta, usted no conseguirá alcanzar el objetivo deseado.
No es demasiada mi insistencia en llamar la atención del empresario para este factor importante. Por mejor que sean sus funcionarios, cabe a usted la responsabilidad de cuidar de la implantación y desarrollo de los proyectos. El éxito es el resultado final de un trabajo arduo. Por lo tanto, ¡manos a la obra!
Aprenda esto y mucho más en la cadena de la Prosperidad. Lo esperamos este lunes  a las 8, 10, 16 y a las 20 en Paque Patricios, calle La Rioja 2054. O en la Iglesia Universal más próximo a su hogar.

domingo, 28 de agosto de 2011

Los tres árboles


Había una vez tres árboles en una colina de un bosque.
Hablaban acerca de sus sueños y esperanzas.
El primero dijo: “Algún día seré un cofre de tesoros. Estaré lleno de oro, plata y piedras preciosas. Estaré decorado con labrados artísticos y tallados finos; todos verán mi belleza”.
El segundo árbol dijo, “Algún día seré una poderosa embarcación. Llevare los más grandes reyes y reinas a través de los océanos, e iré a todos los rincones del mundo.
Todos se sentirán seguros por mi fortaleza, fuerza y mi poderoso casco”
Finalmente el tercer árbol dijo: “ Yo quiero crecer para ser el más recto y grande de todos los árboles en el bosque. La gente me vera en la cima de la colina, mirara mis poderosas ramas y pensaran en el Dios de los cielos, y cuan cerca estoy de alcanzarlo. seré el mas grande árbol de todos los tiempos y la gente siempre me recordara”
Después de unos años de que los árboles oraban para que sus sueños se convirtieran en realidad, un grupo de leñadores vino donde estaban los árboles.
Cuando uno vio al primer árbol dijo:
“Este parece un árbol fuerte, creo que podría vender su madera a un carpintero”, y comenzó a cortarlo.
El árbol estaba muy feliz debido a que sabía que el carpintero podría convertirlo en un cofre para tesoros.
El otro leñador dijo mientras observaba al segundo árbol: “Parece un árbol fuerte, creo que lo podré vender al carpintero del puerto”.
El segundo árbol se puso muy feliz porque sabía que estaba en camino a convertirse en una poderosa embarcación”
El ultimo leñador se acerco al tercer árbol; este estaba muy asustado, pues sabía que si lo cortaban, su sueño nunca se volvería realidad.
El leñador dijo entonces: “No necesito nada especial del árbol que corte, así que tomare este”.
Y corto al tercer árbol.
Cuando el primer árbol llego donde el carpintero, fue convertido en un cajón de comida para animales, y fue puesto en un portal y llenado con paja. Se sintió muy mal, pues eso no era por lo que tanto había orado.
El segundo árbol fue cortado y convertido en una pequeña balsa de pesca, ni siquiera lo suficientemente grande para navegar en el mar, y fue puesto en un lago. Y vio como sus sueños de ser una gran embarcación cargando reyes había llegado a su final.
El tercer árbol fue cortado en largas y pesadas tablas y dejado en la oscuridad de una bodega.
Años más tarde, los árboles olvidaron sus sueños esperanzas por las que tanto habían orado.
Entonces un día un hombre y una mujer llegaron al
portal.
Ella dio a luz un niño, y lo coloco en la paja que había dentro del cajón en que fue transformado el primer árbol.
El hombre deseaba haber podido tener una cuna para su bebe, pero este cajón debería serlo.
El árbol sintió la importancia de este acontecimiento y supo que había contenido el más grande tesoro de la historia.
Años más tarde, un grupo de hombres entraron en la balsa en la cual habían convertido al segundo árbol. Uno de ellos estaba cansado y se durmió en la barca. Mientras ellos estaban en el agua una gran tormenta se desato y el árbol pensó que no sería lo suficientemente fuerte para salvar a los hombres.
Los hombres despertaron al que dormía, este se levanto y dijo con voz potente:” ¡Calma! Quédate quieto!”, y la tormenta y las olas se detuvieron.
En ese momento el segundo árbol se dio cuenta de que había llevado al Rey de Reyes y Señor de Señores.
Finalmente, un tiempo después alguien vino y tomo al tercer árbol convertido en tablas.
Fue cargado por las calles al mismo tiempo que la gente escupía, insultaba y golpeaba al Hombre que lo cargaba.
Se detuvieron en una pequeña colina y el Hombre fue clavado al árbol y levantado para morir en la cima de la colina.
Cuando llego el domingo, el tercer árbol se dio cuenta de que el fue lo suficientemente fuerte para permanecer erguido en la Cima de la colina, y estar tan cerca de Dios como nunca, porque Jesús había sido crucificado en el. Y desde ese momento, la gente siempre lo iba a recordar.
Moraleja de esta historia es: Cuando parece que las cosas no van de acuerdo a tus planes, debes saber que siempre Dios tiene un plan para ti..
Si pones tu confianza en El, te dará grandes regalos a su tiempo.
Recuerda que cada árbol obtuvo lo que pidió, solo que no en la forma en que pensaban.
No siempre sabemos lo que Dios planea para nosotros, solo sabemos que:
Sus caminos muchas veces no son nuestros caminos pero… piensa que sus caminos siempre son los mejores!

sábado, 27 de agosto de 2011

Cuando Soy Pobre


¿Cómo saber si tengo un espíritu pobre? Cuando me contento con lo poco.
Voy a describir abajo algunas características de la persona que, aun pensando ser rica, está viviendo como una mendiga.
El pobre de espíritu:
Invierte en lo que es pasajero.
Sólo se desenvuelve cuando las circunstancias están a su favor.
Busca estar con una posición “garantizada”, o tener éxito en la sociedad, para ser “respetado” por lo que los demás ven y no por lo que es.
Quiere comprar a las personas por su “falsedad”.
Mendiga la aceptación de las personas.
Depende de las cosas físicas para ter apenas una felicidad temporaria.
¡Depende de que algún familiar “cambie” para continuar con su vida, es un verdadero esclavo! Precisa del familiar para estabilizar a su alegría.
Por ser dependiente de algo externo, queda atado a eso. No es libre.
Cuestiona todo, por ejemplo, el vuelto de la panadería, de las “miniaturas” del hotel...
Precisa de dinero para ser feliz. Precisa de algún humano para tener seguridad.
Es ansioso, porque tiene miedo de perder.
Depende del elogio de los demás, porque es inseguro de sí mismo.
Es mentiroso. Engaña. Se engaña, porque precisa vivir de apariencias.
Envidia lo que otros tienen.
Es ansioso por casarse, aun que existan varias contradicciones en cuanto al carácter del otro.
Usa el sentimiento como una forma de tener éxito (quiere agradar a todos – besitos, regalos, falsos elogios...).
Tiene que leer mucho la Biblia para que “ALGO” llame su atención.
Precisa identificarse con un título y ser respetado por la posición que ocupa, y se ofende cuando no es reconocido con el debido tratamiento que “merece” (como ser llamado de Sr., Sra., Dr. etc.).
No acepta perder (juego, posición, ve todo como injusticia.
Busca una persona con la misma capacidad de ella, o mas “capaz”, para salir ganando (no es capaz de enfrentar solita, lo que ella se siente incapaz de hacer).
Insiste e intenta convencer a los demás acerca de sus ideas.
Se esconde por detrás de lo que hace. Precisa mostrar servicio, hablar, varias veces, cuán sufrido él es (trabaja mucho, aguanta mucha cosa dentro de casa, tiene que soportar o patrón, sufre injusticia…)
Prefiere cantidad que calidad (ama las promociones, saldos etc.).
¡Y la lista sigue!
¿Y usted acepta continuar siendo pobre?
Mi amigo lector, preste mucha atención.
Para usted ser rica, tiene que serlo primero dentro suyo.
Es eso lo que hace de usted ser independiente, no en lo que es saber todo, sino en su fe.
En la fe,

El veneno del Espíritu


Tal como existe el “buen” y el “mal” colesterol, el orgullo puede ser bueno o malo… en el caso del colesterol, el primero es beneficioso, pero el segundo puede matar. Lo mismo sucede con el orgullo, pues un poco de orgullo en sí mismo es positivo, ya la arrogancia puede hacer una vida estéril.
El orgullo
Para muchos, el orgullo es un factor determinante en el camino para el éxito, en el ámbito familiar y profesional. En cierta medida, el orgullo es la confirmación y afirmación natural de nuestros sentimientos, conquistas y alegrías, es decir, un sentimiento positivo y bueno, para consigo y con el prójimo.
El “Buen Orgullo”: Dignidad o Soberbia
Algunas personas consideran que el orgullo para sus propios hechos es un acto de justicia consigo mismo.El debe existir, como forma de elogiar a su yo, dando fuerzas para desarrollar y conseguir un progreso individual, rumbo a un proyecto de vida más amplio y mejor. Eso se aplica tanto a usted como al prójimo, sin embargo, socialmente, una persona que tenga orgullo por los otros es generalmente en el sentido de la realización, siendo asociada a una actitud altruísta, en cuanto el orgullo por sí mismo se acostumbra a ser asociado al sentimiento de capacidad y egoísmo.
El “Mal Orgullo”: Soberbia o Arrogancia
Para Dios, el “mal orgullo” o la soberbia es uno de los peores pecados, manifestados precozmente por Lúcifer, el ángel caído que quizo ser igual a Dios (Isaías 14.1-14). Este es un ejemplo claro de como el orgullo en exceso se puede transformar en vanidad, ostentación, soberbia, siendo visto apenas como una emoción negativa: la Arrogancia.
Otras personas clasifican el orgullo como exagerado cuando se vuelve un tipo de satisfacción incondicional o cuando los propios valores son subestimados, creyendo ser mejores o más importatntes que los otros. El orgullo sofoca, destruye y, eventualmente, mata, pues de el nacen otros males como la envidia, las discusiones, las divisiones y el rencor. Sentimientos que comienzan por contaminar el espíritu y que, gradualmente, arrastran el alma y el cuerpo, muchas veces manifestándose en enfermedades físicas, como el cáncer.
¿Cómo detectar al orgullo como pecado? Preste atención:
- Cuando no aceptamos la reprensión del pastor, líder o hasta mismo de los compañeros del ministerio.
- Cuando creemos que estamos siempre en lo cierto.
- Cuando no damos ninguna importancia a lo que dicen las otras personas.
- Cuando creemos que somos mejores que alguien.
- Cuando creemos que somos dignos de recibir alguna gloria u honor.
- Cuando creemos que la obra que ejecutamos está teniendo éxito por nuestra capacidad.
- Cuando creemos que nuestra forma de proceder es la más correcta ante Dios.
- Cuando humillamos, subestimamos o no valorizamos a nuestro prójimo.
Observe: Cuando hacemos todo esto, estamos siendo orgullosos. Y el único antídoto para el orgullo es cultivar la humildad de espíritu, “porque de ellos es el reino de los cielos”, como Cristo dijo. “El orgullo del hombre lo humillará, pero el de espíritu humilde obtendrá honores.” (Pv 29.23)
Por su siervo en Cristo,

viernes, 26 de agosto de 2011

Sensibles como los niños

La sensibilidad para escuchar la voz de Dios hace que estemos aptos para entrar en Su Reino

Isabel es una niña de tan solo 8 años. Por ser la hermana mayor, constantemente sentía celos de su hermana más chiquita, Anita. Un día, a Anita le hicieron una linda fiesta de cumpleaños para celebrar sus 5 añitos. Cariños por acá, fotos y regalos por allá… cariños de su papá por acá y besos de la madre por allí. En fin, todo sucedía mientras Isabel se iba enojando más y poniéndose más celosa.
En un determinado momento de la fiesta, Isabel observó que Anita estaba solita. Se acercó a su hermanita e Isabel disparó: “Ah… tu fiesta es muy aburrida. Tu vestido es feo y estás ¡horrible!”. ¡Pobre Anita! eso fue suficiente para que rompiera en llanto. La niña se agarró fuerte a su padre y lo abrazó, porque para ella él era la única persona capaz de protegerla de su propia hermana. El padre, conmovido, abrazó a la niñita y retó a Isabel.
Isabel sintió un dolor tan fuerte al ver a su hermana llorando, que tampoco resistió. La tristeza no fue por el reto, sino por ver el sufrimiento que había causado en su hermana. Así que se fue corriendo al baño. Se encerró por unos instantes y lloró, lloró tanto que se ahogaba. Y siempre que recordaba las palabras que le había dicho a su hermanita Isabel se entristecía más y le pedía perdón a Dios.
La pequeña Isabel, aun siendo una niña, reconoció que estaba equivocada. Sollozando, se pasaba la mano por la cara empapada de lágrimas y buscaba el perdón que, para ella, solamente Dios podía darle. Esa es la belleza de la niña. Y en este episodio podemos entender lo que el Señor  Jesús quiso decir cuando dijo: “De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Así que, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos” (Mateo 18: 3-4)
Las criaturas, por estar dotada de humildad, no logran resistir la enseñanza. No es en vano que ésta sea la mejor fase para que el ser humano aprenda algo. Es en este período que tenemos capacidad de aprender cosas buenas y malas; ya que es el momento en que somos más sensibles a las distintas voces que se nos presentan.
Es sabido que el medio en el que crecemos cuando somos niños influye mucho en nuestras vidas actuales. En esta etapa aprendemos y asimilamos lo que veíamos y oíamos de nuestros padres, parientes, vecinos y otras personas porque teníamos una gran sensibilidad para eso. Éramos personas inocentes necesitadas de enseñanza y orientación y no discutíamos eso. No cuestionábamos ni resistíamos las enseñanzas que nos daban. Pero cuando crecemos empezamos a tener una especie de orgullo que nos impide aprender más, oír más y cuestionar menos.
Con el tiempo perdemos esa esencia de la infancia, que es fundamental para nuestra salvación. El Señor Jesús vino a salvar al perdido. Él se entregó sin culpa y murió (sufrió) para dar vida y luz a quien se encuentra perdido en la oscuridad. Él vino para todos nosotros. Pero no todos lo reconocen como lo hizo Isabel, esa necesidad de pedir Su perdón; muchos tampoco logran tener la humildad de humillarse delante de Dios.
La actitud de Isabel de reconocer su error y clamar por el perdón de Dios nos enseña que la sensibilidad a Su voz nos permite ser personas mejores, humildes y aptas para entrar en Su Reino. Si llegamos al nivel de un niño seremos capaces de llegar al corazón del Padre.

¿Y después de los 21 días? (II)

2. La lectura de la Biblia. Un versículo es más que suficiente, observe los verbos y respete la puntuación. Es la Palabra de Dios que nos hace fuertes espiritualmente, porque es ella que alimenta nuestro espíritu – fe.
Además de la oración (hablar con Dios), debemos ser sensibles para escucharlo y, así, recibir sus consejos y orientaciones diarias.
¿Cómo escuchar a alguien que no veo, que es espíritu?
Nosotros logramos escucharlo, leyendo Su Palabra, pues en ella, CRISTO expresa Sus pensamientos sobre el ser humano.
Leer significa interpretar lo que está escrito. Y esto es muy importante para que entienda Sus consejos y pensamientos con relación a usted.
Esta es la razón porque muchos se desaniman al leer la Biblia: ¡no la entienden! Esto es así porque, al leer, no comprenden el significado, y esto sucede porque no tienen el cuidado de INTERPRETAR las palabras y verbos, siguiendo la puntuación, como está escrito más arriba, que ayuda mucho en la lectura e interpretación.
Cuando sigo estos pasos para leer la Biblia, entonces me torno sensible para escuchar Su orientación.
Pero, ¿cómo puedo escuchar si no sé lo que es oír? Desafortunadamente, la prisa de la vida cotidiana a menudo no permite a los seres humanos reservar un tiempo para aprender.
Por lo tanto, sea humilde y aprenda.
Escuchar significa prestar atención,… ser dócil con…, obedecer a…
Al leer la Biblia, para, así, escuchar a Cristo, preste atención a cada palabra, puntuación y verbos, sea dócil (sumiso, fácil de ser guiado) para aceptar Sus consejos y obedezca, es decir, póngalos en práctica.
Estoy seguro de que estos pasos para RESCATAR su alma, le ayudarán a ser un mejor ser humano e hijo del CREADOR, recuperando, de esta manera, lo que un día perdió o incluso nunca llegó a tener.

jueves, 25 de agosto de 2011

La silla

 

Una muchacha pidió a un pastor que fuera a su casa para hacer una oración a su padre, que estaba muy enfermo. Cuando el pastor llegó a la habitación del enfermo, encontró al hombre en su cama con la cabeza alzada por un par de almohadas. Había una silla al lado de su cama, por lo que asumió que el hombre sabía que vendría a verlo.
–Supongo que me estaba esperando, le dijo.
–No, ¿quién es usted?, dijo el hombre.
–Soy el pastor que su hija llamó para que orase por usted, y cuando vi la silla vacía al lado de su cama supuse que usted sabía que yo estaba viniendo a verlo.
–Oh sí, la silla, -dijo el hombre enfermo– ¿Le importa cerrar la puerta?
El pastor lo hizo.
–Nunca le he dicho esto a nadie, pero… toda mi vida la he pasado sin saber cómo orar. Cuando he estado en la iglesia he escuchado siempre al respecto de la oración, que se debe orar y los beneficios que trae, etc.; pero siempre esto de las oraciones me entró por un oído y me salió por el otro pues no tengo idea de cómo hacerlo. Entonces opté por abandonar por completo la oración. Esto ha sido así hasta hace unos cuatro años, cuando, conversando con mi mejor amigo, me dijo: “José, esto de la oración es simplemente tener una conversación con Jesús. Así es como te sugiero que lo hagas… te sientas en una silla y colocas otra silla vacía enfrente de ti, luego con fe, miras a Jesús sentado delante de ti. No es algo alocado hacer eso pues el Señor nos dijo que estaría siempre con nosotros. Por lo tanto, le hablas y lo escuchas, de la misma manera como lo estás haciendo conmigo ahora mismo”.
–Así que lo hice una vez y me gustó tanto que lo he seguido haciendo unas dos horas diarias desde entonces. Siempre tengo mucho cuidado que no me vaya a ver mi hija pues tal vez me creería loco.
El pastor sintió una gran emoción al escuchar esto y le dijo a José que era muy bueno lo que había estado haciendo y que no cesara de hacerlo, luego hizo una oración por él, le pidió a Dios que lo bendijera y se fue a su iglesia. Dos días después, la hija de José lo llamó para decirle que su padre había fallecido. El pastor le preguntó:
–¿Falleció en paz?
–Sí, cuando salí de la casa a eso de las dos de la tarde me llamó y fui a verlo a su cama, me dijo lo mucho que me quería y me dio un beso. Cuando regresé de hacer compras una hora más tarde ya lo encontré muerto.
Pero hay algo extraño al respecto de su muerte, pues aparentemente justo antes de morir se acercó a la silla que estaba al lado de su cama y recostó su cabeza en ella…así lo encontré. ¿Qué cree usted que pueda significar?
El pastor, emocionado, le respondió:
–¡Qué bueno sería que todos nos pudiésemos ir de esa manera!
Recuerda: el Señor Jesús siempre estará esperando que le apartes esa silla especial en tu vida y en tu corazón.

Lanzados fuera

Mi marido se fue, ¿qué hago?
Mi hijo adicto me golpea, ¿cómo tratarlo?
Mi novio terminó conmigo, ¿qué hago?
Tengo pensamientos horribles, ¿cómo resistirlos?
Estoy perdida, oriénteme.
Soy ex obrera, me ayuda.
Innumerables preguntas son recibidas en el blog.
Cada una desarrolla varios tipos de problemas.
Sea de orden sentimental, familiar, económica, salud,
dudas, miedos, ansiedades, vicios etc.
Todos, extremamente, atentos a las soluciones
de problemas personales. Pero, pocos, muy pocos,
están preocupados con el destino final de su alma.
Hasta parece que la vida terrena es eterna y la solución de los problemas circunstanciales es más importante. Visión pobre.
Las personas, sin visión espiritual y sin entendimiento, creen que, al final de cuentas, todo el mundo va para el cielo. Que el Padre del cielo es amor y, a causa de Su misericordia, no va a punir a nadie.
Pero alguien Le preguntó:
Señor, ¿son pocos los que se salvan?
Él respondió claramente:
Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán.
Después que el padre de familia se haya levantado y cerrado la puerta, y estando fuera empecéis a llamar a la puerta, diciendo: Señor, Señor, ábrenos, Él respondiendo os dirá: No sé de dónde sois.


Entonces comenzaréis a decir: Delante de Ti hemos comido y bebido, y en nuestras plazas enseñaste. Pero os dirá: Os digo que no sé de dónde sois; apartaos de mí todos vosotros, hacedores de maldad.
Allí será el llanto y el crujir de dientes, cuando veáis a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y vosotros estéis excluidos.
Lucas 13:23-28
¿Y su alma dónde va a pasar la eternidad?

miércoles, 24 de agosto de 2011

Nunca se dio por vencido


Abraham Lincoln nunca se rindió

Abraham LincolnUn ejemplo de perseverancia es el que nos ofreció Abraham Lincoln.  Nacido en la pobreza, Lincoln tuvo que enfrentarse a la derrota a lo largo de toda su vida. Perdió ocho elecciones, sus negocios quebraron en dos ocasiones y sufrió un colapso nervioso. Podría haberse rendido muchas veces, pero no lo hizo, y gracias a esa persistencia llegó a ser uno de los presidentes más grandes de la historia de los Estados Unidos.
He aqui un esbozo del camino que lo condujo a la Casa Blanca.
1816 Su familia se vio obligada a dejar su casa y él tuvo que trabajar para mantenerla,
1818 Su madre murió
1831 Fracaso en sus negocios
1832 Perdió también su trabajo; quería ingresar en la facultad de derecho, pero no pudo
1833 Pidió dinero prestado a un amigo para empezar un negocio y antes del fin del año estaba en la bancarrota. Durante 17 años siguientes estuvo pagando aquella deuda
1834 Volvio a presentarse a elecciones legislativas y ganó
1835 Cuando estaba a punto de casarse, su novia murió
1836 Tuvo un colapso nervioso y permaneció 6 meses en cama
1838 Intentó llegar al cargo de representante del estado y fue derrotado
1840 Intentó llegar a elector y fue derrotado
1843 Candidato al Congreso derrotado
1846 Nuevamente candidato al Congreso, esta vez ganó, fue a Washington y realizó un buen trabajo.
1848 Se representó a reeleción al Congreso y perdió
1849 Intentó ser funcionario en su estado natal y fue rechazado
1854 Candidato al Senado de los Estados Unidos, perdió
1856 Buscó la nominación vicepresidencial y obtuvo menos de cien votos
1858 Volvio a ser candidato al Senado y volvio a perder
1860 Fue elegido presidente de los Estados Unidos
“El camino era difícil y resbaladizo. Resbalé, pero me recuperé, diciéndome que aquello era un resbalón y no una caída”. Abraham Lincoln

martes, 23 de agosto de 2011

Humildad y Sumisión

La humildad:

Existen dos tipos de humildad: la falsa y la verdadera. La falsa es, por ejemplo, cuando la persona se hace humilde delante de los superiores, con el fin de engañarlos y así conquistar su confianza para más tarde sacar provecho. Esa humildad es astuta y profundamente diabólica, y más tarde o más temprano será revelada. Hasta llegar a ese punto, mientras tanto, provoca grandes estragos entre aquellos que son humildes de verdad. La humildad que es del Espíritu Santo sucede en el corazón de la persona y se revela como un profundo sentimiento que reconoce cuan miserables somos, independientemente de lo que tengamos. Ese tipo de humildad muestra la condición de miserable pecador y siervo inútil delante de Dios, no siendo mejor que nadie. Es un sentimiento espontáneo dentro del corazón y no cambia, aunque la persona posea riquezas. En cualquier situación, ella se mantiene igual sierva fiel. Fue esa humildad lo primero que el Señor enseñó a Sus discípulos:
“Bienaventurados los pobres en espíritu porque de ellos es el reino de los cielos.” Mateo 5:3
La humildad de espíritu es la única que nos hace tomar posesión del Reino de los Cielos. Todas las enseñanzas de las Sagradas Escrituras son como una semilla, la semilla de la vida, que depende de buena tierra para producir buenos frutos; esa tierra buena es justamente la humildad de espíritu.
Aunque la humildad sea una condición de aparente debilidad delante de aquellos que no tienen conocimiento de la salvación en Cristo Jesús, en realidad es fundamental en la relación con Dios, porque para considerar a Jesús como Señor es preciso someterse a Él como siervo:
“Si alguno me sirve, sígame; y donde yo esté, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirve, mi Padre lo honrará.”Juan 12:26
El falso humilde acepta la gloria de este mundo; asume los elogios que recibe como su derecho, y aunque diga que no, en su interior se exalta a sí mismo. Lo que lo separa del orgulloso es apenas la oportunidad. A veces hasta se engaña a sí mismo, pensando que no precisa buscar en el Señor la humildad -cree que ya la posee- sin embargo, jamás engañará a Dios.
El humilde de corazón jamás se exalta, aunque reciba la mayor de las honras; depende de Dios en todo lo que hace y no confía en la fuerza de los hombres o en la de su propio brazo.
El Señor Jesús es la mayor lección de humildad. Después de haber conquistado la victoria sobre la muerte y transformarse en el gran vencedor de todo el Universo, recibiendo el nombre sobre todos los nombres, antes de subir a los cielos, para recibir toda la alabanza y adoración y sentarse a la derecha de Dios Padre, encontró tiempo para revelarse a la pequeña María Magdalena, a quien librara de tantos demonios. Fue ella, y no alguien “importante”, quien recibió el gran privilegio de verlo antes que todos los demás.
Toda Su obra grandiosa comenzó con Su bautismo de humildad en el Río Jordán. Sobre la humildad de aquel gesto, Él se preparó para vencer la gran lucha por nosotros. A los 30 años, aunque sin ningún pecado, se humilló y fue bautizado por Juan en el mismo bautismo de arrepentimiento de los pecadores. Inmediatamente, Dios lo exaltó: una voz vino del cielo y el Espíritu Santo descendió sobre Él:
“Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.”Mateo 3:17
Es en nuestra humillación delante de Dios que cumplimos la justicia, pues ¿qué mayor expresión de justicia que aceptemos que nada somos y que Dios es perfecto y santo? ¿Existe algo más cierto o más justo que eso? La humildad es el camino seguro para recibir el Espíritu Santo en nuestras vidas.

La sumisión:

La sumisión en el corazón está íntimamente relacionada con la humildad de espíritu, pues ambas convergen a la condición de siervo. Pero también pueden ser falsas, si la persona es sumisa por causa de un salario o un interés mayor. La sumisión solamente tiene valor si fuera en el corazón, como leemos en Hebreos 13:17:
“Obedeced a vuestros pastores y sujetaos a ellos, porque ellos velan por vuestras almas como quienes han de dar cuenta, para que lo hagan con alegría, sin quejarse, porque esto no os es provechoso.”
El apóstol Pedro va mas allá cuando habla de la vida ejemplar cristiana:
“Criados, estad sujetos con todo respeto a vuestros amos…”1 Pedro 2:18
La Iglesia del Señor Jesús ha sufrido bastante con el pésimo testimonio de muchos cristianos, que apenas han tenido fe para repetir y no para practicar la Palabra de Dios, especialmente con respecto a la sumisión. Muchos tienen fe para expulsar demonios; pero les falta, no obstante, la misma calidad de fe para expulsar el espíritu insumiso hacia las autoridades constituidas por Dios.
Es el caso, por ejemplo, de la persona que es empleada de un incrédulo. Ella no está obligada a trabajar o someterse al servicio que él impone; pero si aceptó el empleo, tiene que hacer lo mejor que pueda, independientemente de que su jefe sea o no cristiano. Aunque él se haya envuelto con prácticas de brujería, si ella está trabajando, tiene que someterse a toda la tarea que le es atribuida, con alegría en el corazón.
Nosotros, cristianos, tenemos la obligación moral de ser sumisos a las autoridades que están sobre nosotros, recuérdese que no hay autoridad que no venga de Dios, pues el Señor Jesús dijo:
“Ninguna autoridad tendrías contra mí si no te fuera dada de arriba…” Juan 19:11
La sumisión en el corazón es el mejor testimonio de que realmente el Señor Jesús vive y reina eternamente, después de producir un efecto positivo en los corazones de aquellos que aún no conocen a nuestro Señor como Salvador. ¡Si no nos sometemos a aquellos que vemos, cuánto más a Aquel al que no vemos! La sumisión en el corazón, por lo tanto, es parte integrante de la formación del carácter cristiano.

lunes, 22 de agosto de 2011

¿Y después de los 21 días?

Desarrolle su relación con Dios mediante la oración, y la oración eficaz es la que se hace con sinceridad
Para empezar y, así, fortalecer una relación, es necesario el diálogo, es necesario hablar, y esto sucede en todo tipo de relaciones, matrimonio, compromiso, noviazgo, amistades o en el relacionamiento espiritual (con Dios).
Para que se pueda comprender mejor este tema, veamos algunas definiciones de lo que significa “hablar”:
a) Exprimir – Expresar sus sentimientos.
b) Rogar – Suplicar.
c) Declarar – Anunciar; Dar el Manifiesto; Pronunciar.
Muchos dicen que no saben “ORAR”, por esto no oran y tampoco se esfuerzan por aprender o intentar saber cómo orar.
Me tomé la libertad de ayudarle  y si usted pone esta ayuda en práctica, con seguridad, tendrá una relación hermosa y maravillosa con Dios.
Cuando hacemos una oración sincera, debemos hacerla en tres partes:
a) Exprima lo que está dentro de usted, su tristeza o alegría, su fuerza o incluso debilidad, dile a Él lo mucho que usted depende de Su ayuda, ya que su sabiduría, su diploma, su posición social, sus familiares o amigos no le pudieron ayudar.
b) Suplique por Su ayuda, ya que usted cree que Él es PODEROSO para hacer lo que usted desea.
c) Pronuncie y anúnciele a Él,  aunque ÉL ya sepa lo que usted quiere,  manifieste su deseo, determine y declare su victoria.
Creo que estos tres pasos son esclarecedores y ayudarán a todos a saber cómo “ORAR”.
Todos necesitamos aprender, y hoy usted  ha aprendido el primer paso para el RESCATE de su alma.
Continuará mañana…

domingo, 21 de agosto de 2011

21º Día del Ayuno de Daniel

¿Por qué aún no recibí el Espíritu Santo?
Porque aún no se entregó 100%.
¿Cree usted que el Justo Juez le es injusto?
Él prometió:
“ Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir…” Juan 14:16-17
Ell ya rogó por usted y garantizó que el Padre Lo dará.
¿Pero que falta para que se cumpla Esa Promesa en su vida? ¿Sería su casamiento con el mundo?
Pero usted ya se divorció del mundo y se casó con Jesús.
¿No es así?
Por causa de eso, usted tiene derechos adquiridos por la fe en el Señor.
Entonces, coloque todas sus fuerzas en la búsqueda y tome posesión de los derechos en las promesas de su Señor.
¿Será que el Dios-Padre negaría un pedido del Dios-Hijo?
Lo dudo.
Este domingo, venga preparado para recibir el Sello de Dios, ¡aún sin merecerlo!
Venga dispuesto a entregarse, incondicionalmente, de cuerpo, alma y espíritu.

Absorba los pensamientos de Dios

Quiero llamar su atención por un asunto muy importante y, de una vez por todas, explicarle el motivo de tanto sufrimiento que sucede en su vida. Porque su problema, su dolor, sus aflicciones, la angustia y el tormento se deben exclusivamente a una fuente: su corazón.
¿Cuántas veces ha confesado durante el día: “ah, siento esto, aquello; siento que fulano me está mirando medio de reojo”? ¿Dónde siente eso? En el corazón, la fuente de sus sentimientos. Mire este texto sagrado, sin sentimientos, apenas usando su derecho a pensar. Porque cuando pensamos, existimos. Cuando pensamos, descubrimos cosas escondidas dentro nuestro, que son la fuerza y el poder. “Aconteció después de la muerte de Moisés siervo del Señor, que Él habló a Josué hijo de Nun, servidor de Moisés, diciendo: Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel. Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie. Desde el desierto y el Líbano hasta el gran río Éufrates, toda la tierra de los heteos hasta el gran mar donde se pone el sol, será vuestro territorio. Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé”. (Josué 1:1-5).
Josué sabía que Moisés estaba muerto, entonces ¿qué era lo que Dios quería decirle? En aquel momento, Josué estaba parado, gimiendo, llorando la muerte de su amigo, pues ellos habían convivido durante décadas. Él estaba en esa situación de dolor. Tal vez usted también esté llorando por el dolor de ver que su marido está en los brazos de una amante, sus hijos perdidos en las drogas, sus padres separados, sufriendo agresiones físicas además de las verbales, quiere decir, está viviendo un infierno. Pero Dios tiene preparadas ocho mil promesas para su vida. ¿Cómo tomar posesión de ellas si no hay una actitud, una disposición? Porque querer es poder. Observe que cuando una persona quiere una determinada cosa, hace de todo hasta conseguir lo que tanto anhela, ¿no es cierto? Nuestro querer es soberano.
Dios es quien efectúa en nosotros tanto el querer como el realizar. Hay un querer dentro suyo, pero, para cumplirlo, es necesario que tome una actitud. No puede estar dependiendo de los sentimientos, de lo que está sintiendo. La verdad es una sola: mientras que usted escuche a su corazón, será imposible tomar posesión de las promesas de Dios. Cuando usted se entrega a los sentimientos desgraciados, ni el Señor puede ayudarlo. Sin embargo, cuando se hace fuerte y pone la cabeza a funcionar, dice: “no puedo aceptar esto”, y esa situación cambia.
Muchos están buscando al Espíritu Santo, y todavía no Lo recibieron porque están esperando sentir algo. El Espíritu Santo no es emoción. ¿Él depende de la emoción para venir sobre nosotros? No tenemos que sentir nada. Dios es Espíritu. Reflexione en eso: cuando la persona absorbe los pensamientos de Dios, está absorbiendo Su Espíritu.
Que Dios bendiga a todos.
Obispo Edir Macedo

sábado, 20 de agosto de 2011

La sal de Dios III

Caerán a tu lado mil, Y diez mil a tu diestra; mas a ti no llegará. Salmo 91:7
Este versículo nos garantiza que el 100% será abatido y el que no tiene el Espíritu Santo, es decir,  el que no hace del Altísimo su refugio, de acuerdo con este pasaje,  caerá. ¿Y quién está a la derecha o la izquierda? ¡Los “hermanos”! O más bien, los que se dicen “cristianos”. De acuerdo con el Señor Jesús, los que están a la derecha son las “ovejas” (creyentes) y los que están a la izquierda son las “cabras”(los incrédulos), es decir, tanto en el universo de aquellos que creen como en el de los que no creen, cuando surgen problemas, persecuciones y tentaciones, ellos terminan cayendo, indistintamente. Sólo permanecerá en pie el que tiene el Espíritu Santo.
La Biblia dice “mas a ti no llegará” y utiliza el singular, porque la inversión en la vida espiritual es individual. A su familia y amigos usted solo podrá dar su ejemplo, sin embargo, la búsqueda por esta comunión con Dios es algo personal e intransferible. Y usted tiene que hacerlo, porque de lo contrario, cuando vengan las persecuciones, los problemas o tentaciones, terminará cayendo, al igual que los demás.
La única manera de permanecer firme y constante es teniendo el Espíritu de Dios, es siendo un ungido Suyo.
Ciertamente con tus ojos mirarás y verás la recompensa de los impíos.” Salmo 91:8
Esto quiere decir que todo esto sucederá cerca de usted, a su alrededor, por lo que será capaz de ver, contemplar lo que sucederá. Por usted ser una persona racional e inteligente, verá, pero no se desesperará, usted verá, pero al mismo tiempo, ¡se mantendrá firme! ¿Y quién es el impío? ¡El impío es el que niega la fe! De hecho, él tiene dentro de sí la creencia, sin embargo, la utiliza en todo lo que es negativo y nunca en lo positivo. “¡No puedo!” “Dios no existe” o “Nunca voy a ser alguien” son todas manifestaciones de fe, pero de forma negativa y cuando utilizamos la fe que tenemos de manera negativa, estamos siendo impíos, y como tal, sufrimos las consecuencias, que es ser alcanzado por el mal.
Pero cuando usamos nuestra fe de una manera positiva, no somos alcanzados, por el contrario, permanecemos firmes,  contemplando el castigo de los impíos.
Porque has puesto al Señor, que es mi esperanza, al Altísimo por tu habitación.” Salmo 91:9
La boca revela lo que se desborda desde el corazón y cuando asumimos y hacemos de Dios nuestra esperanza, es porque Él de hecho habita en nuestro interior. Pero, ¿cuántas son las personas que cuando se enfrentan a un problema buscan como su esperanza a los abogados, médicos, amigos, las fiestas, ir de compras o incluso la religión? No estamos con esto negando, por ejemplo, la Ciencia de la Medicina, del Derecho o a las amistades,¡ no! Pero, en primer lugar, debemos siempre buscar refugio en Dios. Recuérdese que lo imposible solamente Dios puede hacer, porque sólo Él es ¡ilimitado en su poder! Pero Dios sólo actúa en nuestra vida cuando hacemos de Él, nuestra esperanza, nuestro refugio. Y tenemos que hacer esto incluso antes de que surjan problemas, para disfrutar la vida en su plenitud. Y esto debe ser constante, es decir, Él tiene que ser “por nuestra habitación, nuestra morada”, debemos estar siempre conectados a Él, manteniendo una continua comunión.
Es por eso que estamos haciendo este proceso de desintoxicación de 21 días para que su mente esté limpia,  de manera que su conexión con Dios no sufra ninguna interferencia.

20º Día del Ayuno de Daniel

El Secreto de Mi Salvación
Siempre temía y temblaba por mi salvación. Pues, el Espíritu Santo me había convencido:
¿De qué sirve, ganar el mundo entero y perder su alma?
Esa palabra hizo nacer en mí un temor sin precedente. Y, si agregamos la profecía de Ezequiel, el Espíritu Santo me advertía, con más ahínco, al respecto de mi mayor bien:
“... La justicia del justo no lo librará el día que se rebelare; y la impiedad del impío no le será estorbo el día que se volviere de su impiedad; y el justo no podrá vivir por su justicia el día que pecare.
Cuando yo dijere al justo: De cierto vivirás, y él confiado en su justicia hiciere iniquidad, todas sus justicias no serán recordadas, sino que morirá por su iniquidad que hizo.
Y cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; si él se convirtiere de su pecado, e hiciere según el derecho y la justicia, si el impío restituyere la prenda, devolviere lo que hubiere robado, y caminare en los estatutos de la vida, no haciendo iniquidad, vivirá ciertamente y no morirá.
No se le recordará ninguno de sus pecados que había cometido; hizo según el derecho y la justicia;
vivirá ciertamente.”
Ezequiel 33:12-16
“¡SI USTED PIENSA QUE SU SALVACION ESTÁ GARANTIZADA, EL TEXTO DEJA BIEN CLARO QUE NO!”

viernes, 19 de agosto de 2011

¿Cuántos dedos están apuntando hacia usted?

“Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo del adulterio. Y en la ley, Moisés nos ordenó apedrear a esta clase de mujeres; ¿tú, pues, qué dices? Decían esto, probándole, para tener de qué acusarle. Pero Jesús se inclinó y con el dedo escribía en la tierra. Pero como insistían en preguntarle, Jesús se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado, sea el primero en tirarle una piedra. E inclinándose de nuevo, escribía en la tierra. Pero al oír ellos esto, se fueron retirando uno a uno comenzando por los de mayor edad, y dejaron solo a Jesús y a la mujer que estaba en medio”. (Juan 8.4-9)
Lo primero que tienes que entender es que siempre habrá personas que te quieran acusar. No es necesario que cometas adulterio para eso. El ser humano heredó ese hábito del propio diablo y algunas personas hasta tomaron gustillo a eso de juzgar, tanto que, a veces hasta eres juzgada por el simple hecho de estar guapa.
Lo segundo que debes entender es que esas personas generalmente consiguen atraer a una multitud para apoyarlas en ese juego de juzgar. Se buscan personas que les puedan ayudar a apuntarte con el dedo. Eso les da una sensación de poder, como si fueran superiores y mejores que tú.
Lo tercero es que ellas van a usar la religión para justificarse, de hecho, esas personas generalmente son religiosas, pues aquellas que no creen en Dios generalmente no juzgan tanto como aquellas que dicen creer. ¿Extraño, no?
Jesus no se juntó con ellos, ni siquiera hizo comentarios sobre lo que estaban diciendo. En vez de eso, Él comenzó a escribir en el suelo, como si estuviera diciendo: “ni me interesa”. Pero nadie lo entendió y se quedaron insistiendo para que Él dijera alguna cosa sobre lo ocurrido, a fin de cuentas, ellos Lo estaban juzgando, ellos Lo estaban probando también.
Entonces cuando Él vio que no iban a desistir, les hizo una pregunta. Las personas inteligentes hacen eso, ¿no es verdad? Ellas generalmente responden con otra pregunta, es un truco que funciona siempre. Nosotros no tenemos que responder a todas las preguntas que nos hacen.
Y poco a poco, todos comenzaron a sentir los dedos que estaban apuntados hacia la mujer, siendo ahora apuntados para ellos, y así que se fueron … no tenían nada más que decir.
Jesus entonces hizo otra pregunta, esta vez para la acusada: “Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? Nadie te condenó” Ella probablemente estaba llorando desesperadamente, tapándose la cara para no ver todas las piedras que la llevarían a la muerte, pero cuando Jesús le preguntó sobre sus acusadores, ella levantó el rostro y no vio a nadie.
Así Él está haciendo ahora mismo. ¿Dónde están todos los que te acusaban? Abre los ojos y mira– ellos no están en ningún lugar. Y Él continuó diciendo “Ni yo te condeno; vete, y ya no peques más.”
Tarea para pensar hoy:
A Dios no le importa lo que hiciste, quien fuiste, donde estuviste. Simplemente ve y ya no peques más.

19º Día del Ayuno de Daniel

Ahora usted va oír la voz de Dios o la del diablo.
¿Qué voz va a seguir?


18º Día del Ayuno de Daniel

La Marca de Caín                                                       
 
Muchos han intentado jugar a las escondidas con Dios.
Lo han considerado como un viejito cansado corriendo atrás de niños sabelotodo.
Israel hizo eso en el pasado.
No le daba mucha “bolilla” a Su voz.
Pero la historia confirma que Su voz no falló. La rebeldía de aquel pueblo lo hizo esclavo en otras tierras y, de forma humillante, fue avergonzado.
Lo mismo ha sucedido con ex-miembros, ex-pastores, ex-obreros, ex-esposas de pastores etc., etc., etc.
Cargan la marca de Caín en el rostro y no encuentran fuerzas para retornar a la fe porque abandonaron la Fuente de las aguas vivas.
Y, una vez más, la profecía:
“¡Oh Señor, esperanza de Israel!
Todos los que te dejan serán avergonzados;
y los que se apartan de Mí serán escritos en el polvo, porque dejaron al Señor, Manantial de aguas vivas.”
Jeremías 17:13
Se ha cumplido…

miércoles, 17 de agosto de 2011

¡No sirve!

No sirve hacer caridad, ser honesto, pagar sus impuestos, ser un obrero(a), pastor, obispo… No sirve tener diplomas, conocimientos, informaciones… No sirve tener mucha experiencia en la vida… No sirve para, absolutamente nada, tener éxito, dinero y el mundo a sus pies, ¡si no tiene el Espíritu Santo!
Sin el Espíritu de Dios en su vida perderá la batalla, porque su guerra es espiritual, tal como dijo el Señor Jesús. Su enemigo es espiritual, usted no puede verlo. Pero él puede y, de acuerdo a lo que Jesucristo dijo: no está en el inferno, sino a su alrededor, muy cerca, igual que un león hambriento, solo esperando una oportunidad para devorar.
Y la única forma de vencerlo es volviéndose espíritu también, pero eso sucederá cuando reciba Su Espíritu.
Está escrito: “Aquel que es nacido de Dios vence el mundo”. Y ¿Cuál es su victoria? ¡Su fe! Aquel que nace de Dios pasa a ser espíritu, ¡porque Dios es Espíritu! Por eso, Cristo dejó bien claro que usted tiene que nacer del Agua, de la Palabra y del Espíritu de Dios; detalló que se tiene que convertir y nacer de nuevo, a través del bautismo con el Espíritu Santo.
Después de todo, espíritu es intelecto, inteligencia. Y todos nosotros somos inteligentes, pero le toca a cada uno usar su inteligencia o sus emociones. Si usa sus emociones y sus sentimientos, aún teniendo un título, conocimiento, posición, influencias, fama o buenas obras, terminará por sentirse fracasado, frustrado, infeliz y vacío.
Ahora bien, si usted no tuviera nada… ni título, posición, conocimientos o experiencia, pero tuviera el Espíritu Santo, ¡tendrá todo! Y esta es la propuesta de Dios, cuando dijo: “-No los dejaré solos, enviaré un consolador”. En otras palabras, usted hará su parte y Él hará la de Él.
El Espíritu Santo es Dios, es el Señor Jesús y Él está aquí y ahora, solo que usted no puede verlo. ¿Usted puede ver el aire? No, ¡pero el aire está aquí! Tanto cierto como que usted está respirando y está vivo. Y usted ha visto la acción del mal, aunque no lo consiga ver físicamente. Es igual al virus de la gripe que se propaga por el aire, y que solo sienten los síntomas. De la misma forma actúan los espíritus, pues usted no puede verlos, pero logra observar sus síntomas: robo, muerte y destrucción.
Y quien no tiene el Espíritu de Dios, no está vacunado y no tiene el sello Divino, dijo Jesús, Su falta permite la entrada de esos espíritus malignos que son cobardes. Ya que éstos, si fuera preciso, van a buscar a siete espíritus peores, para entrar en la vida de la persona y destruirla en todas las áreas: familia, salud, sentimental, profesional, emocional, conyugal, económica y física.
Ellos son así de tremendos porque son enemigos de Dios. Y usted puede llegar a preguntarse: pero, ¿qué tengo que ver yo con eso?
Usted fue creado a imagen y semejanza de Dios. ¡Es una criatura de Dios! Pero solo los hijos, aquellos que recibieron el Espíritu Santo, son los que Dios podrá defender.
Los soldados que fueron a arrestar a Cristo no estaban uniformados. El mal también actúa así, se disfraza en medio a la multitud. ¿Pero quienes enviaron a esos soldados? Los religiosos. Y ¿qué hace la religión? Trabaja con la emoción y los sentimientos.
Después de todo, las religiones  no usan la inteligencia ni la razón, porque cuando usted utiliza la razón y la inteligencia, se cuestiona: “Cómo puedo creer en un Dios vivo y aceptar la enfermedad, el vicio, la destrucción familiar, el trauma y esa debilidad que compromete mi matrimonio, la educación de mis hijos y mi salvación?”.
Cuando usted usa su inteligencia y su razón, se cuestiona y se libera de las emociones, de los sentimientos y de aquello que lo hace débil. Pero las religiones no quieren eso, porque siempre manipularon a las masas, exactamente lo mismo pasaba en la época de Jesucristo. Y, cuando el Señor Jesús vino, dijo: “ustedes no necesitan una religión, no necesitan de nadie, lo que precisan es nacer de nuevo, liberarse y recibir el Espíritu Santo”.

16º Día del Ayuno de Daniel

LOS LIBROS
"Y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida."
Apocalipsis 20:12
¿Por qué vio Juan un Libro de la Vida y
otros libros, refiriéndose a la Segunda Muerte?
No habría necesidad de más libros si la cantidad de nombres de los perdidos fuera igual a la de los salvos.
El número de los perdidos es tan inmenso que exigió más libros. Por eso se abrieron libros.
Esa revelación magnífica sugiere que las personas prioricen más la salvación de sus almas que cualquier otra cosa de este mundo.
Se trata de la vida eterna del alma. ¡No de una larga vida de cien años!
"Y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros."
Apocalipsis 20:12

Las personas, cuyos nombres están escritos en estos
otros libros serán juzgados, condenados y, luego, en seguida, lanzados al Lago de Fuego y Azufre.
No habrá abogado de defensa, ni de acusación, pues en libros están registradas las obras de cada uno.
No habrá apelación a instancias superiores porque el Juez es el Señor Eterno, la Autoridad Máxima, en los Cielos, la Tierra y en todo el Universo.
"Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al Lago de Fuego."Apocalipsis 20:15

15º Día del Ayuno de Daniel

El Libro de la Vida
Todo niño, al nacer, recibe un nombre. El nombre establece su identidad.
Él se torna ciudadano y, por causa de eso, es amparado por la Ley.
Mientras viva, su nombre hará parte del archivo vivo.
Después de la muerte, su nombre va para el archivo muerto.
Allí, sólo tendrá utilidad para fines legales de sus descendientes.
Aún estando en el archivo muerto, delante de Dios, su alma continúa viva y su nombre es registrado en un Libro: o de la Vida o de la Segunda muerte.
No elegimos venir al mundo, pero tenemos derecho de elegir dónde vivir la eternidad.
Si en vida, supo cómo tener su nombre inscrito en el Libro de la Vida, él recibirá, no sólo un nuevo cuerpo glorificado (1 Corintios 15:54), sino también un nuevo nombre.
Y a partir de ahí, su identidad antigua desaparecerá definitivamente.
Con un cuerpo angelical, él no tendrá ningún recuerdo vivido en la Tierra.
Sus seres queridos, si tuvieran sus respectivos nombres inscritos en el Libro de la Vida, también tendrán el mismo privilegio.
Pero, no se reconocerán unos a otros, ni tampoco sabrán que un día vivieron en la Tierra.
“Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas.” Apocalipsis 21:5
Continuará…

domingo, 14 de agosto de 2011

La sal de Dios II

Con sus plumas te cubrirá, Y debajo de sus alas estarás seguro; Escudo y adarga es su verdad.” Salmo 91:4
El versículo más corto de la Biblia “Jesús lloró”. ¿Y por qué Él lloró? Porque Su deseo era acoger en Sus brazos a todos los habitantes de Jerusalén. Y lo mismo que Él quería hacer con los habitantes de aquella ciudad, Él quiere hacer también con usted. Todavía existen muchas personas que, por  considerarse autosuficientes,  creen que no necesitan de esto, rechazándole a Él, tal como los judíos lo  hicieron. Sin embargo, ellos  también desconocen que este es el único y verdadero medio para estar seguros y ser felices, pues “bajo sus alas” ¡no hay temor,  peste, envidia o crisis que le pueda alcanzar!
Cuando usted recibe el Espíritu Santo, recibe un escudo, que actúa como una “adarga”, que cubre todo su ser,  protegiéndole desde la parte superior de su cabeza hasta la planta de sus pies.
No temerás el terror nocturno, ni saeta que vuele de día”  Salmo 91:5
En este contexto, la palabra “nocturno” se refiere a todo lo que es hecho en secreto para hacerle daño, como el robo, el fraude, la maldición lanzada o la brujería, porque las personas que engañan, que hacen el mal, lo hacen de manera oscura. Pero nada de esto usted temerá si tiene el Espíritu de Dios, porque sólo Él nos podrá proteger de todo lo que aterra a la humanidad y que es hecho ocultamente, o, a veces, incluso en plena luz del día (la saeta que vuela de día). De hecho, esta es una de las razones por la que estamos haciendo un ayuno de todo lo que es audiovisual, informaciones seculares, música, radio, televisión, Internet, estamos desintoxicándonos de todo lo que deja, tanto nuestros corazones como nuestra mente sobrecargados, afligido, nerviosos, irritados, pues todo eso es como una “saeta que vuela de día”, tratando de atingirle.
Algunos han oído cosas como, “con esta crisis no es momento para abrir negocios”… estas son las “saetas que vuelan de día,” que sin duda, no vienen de Dios y la única manera de protegerse de ellas es permaneciendo en Su Abrigo .
“… Ni pestilencia que ande en oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya…” Salmo 91,6
La peste es algo tan contagioso que se vuelve casi imposible huir de ella, pero no logrará alcanzarle si usted tiene el Espíritu Santo, si  estuviere en el Abrigo de Dios.
¿Y qué pestilencia es esta que anda en la oscuridad? Es el mal, que es enviado por el propio diablo y alimentado por sus demonios. Y si bien no somos capaces de verlos, sin embargo, incluso en la oscuridad, ellos nos pueden ver, pero si estamos protegidos, mismo viéndonos, no podrán tocarnos.
Con la protección del Espíritu Santo, ni la mortandad que destruye al mediodía nos podrá alcanzar. De hecho, muchos trabajos de brujería son hechos al mediodía o a la medianoche, y sin el Espíritu de Dios, no podemos vencer, nuestra vida será desordenada y vacía, pero con Él, ¡ella será hermosa y plena!
Dios quiere que nuestra vida tenga sabor, pero este “condimento” debe provenir desde adentro hacia afuera.
Desee el  Espíritu Santo, anhélelo, y no para que tenga dinero o  fama, pero para que su vida tenga la sostenibilidad necesaria!

14º Día del Ayuno de Daniel

No es digno de Mí…
La conciencia pura de la fe no permite que nada,
absolutamente nada, coloque en riesgo la salvación eterna del alma.
Pasiones emocionales, esto es, pedidos del corazón en relación a los entes más queridos, como hijos, madre, padre, marido, esposa novio, novia, reputación, bienes patrimoniales, en fin, hasta la propia vida, no pueden interferir en la buena relación con el Señor Jesucristo.
“ El que ama a padre o madre más que a Mí
no es digno de Mí;
el que ama a hijo o hija más que a Mí,
no es digno de Mí;
y el que no toma su cruz y sigue en pos de Mí,
no es digno de Mí;
Mateo 10:37-38

Cualquier sacrificio, por mayor que sea, es insignificante cuando se trata de la salvación eterna del alma.
Él no consideró siquiera su propia posición Divina para asumir la condición de Maldición en la Cruz, con el fin de salvar a los que creen.
Quiere decir, Él colocó TODA SU FUERZA,
HONRA Y GLORIA para salvarnos.
No midió sacrificio para eso.
¿Cómo aceptará que quedemos jugando o saltando con la salvación del alma?
En este momento, el Espíritu Santo le hace entender esto, al leer el siguiente texto:
“Y el que no se halló inscrito en el Libro de la Vida fue lanzado al lago de fuego.”
Apocalipsis 20:15

sábado, 13 de agosto de 2011

La sal de Dios – I

 “El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente…”. (Salmos 91:1)
Muchas veces se cuestiona sobre por qué no ve el poder de Dios en su vida y principalmente porque usted cree en Él, se considera una buena persona y lee la Palabra de Dios… La respuesta a esta duda está aquí en este pasaje bíblico. ¿Usted cree que Dios puede mostrar todo su poder a todos? ¡No! Dios es “limitado”, y es su fe en acción que limita la intervención de Dios en su propia vida. Para Dios hacer lo imposible, usted lo tiene que permitir y Él sólo lo hará en el momento que se entregue y use su fe, por eso Dios dice: “el que habita”, es decir, el que asume su fe y no retrocede, permanece firme en el abrigo, en el refugio del Altísimo y no aquél que cree, que pide.
 “Diré yo al Señor: «Esperanza mía y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré»”. (Salmos 91:2)
El Castillo es una fortaleza invencible, Dios es para usted su fortaleza. Y cuando Él lo protege, nadie le podrá oprimir o hacerle mal. Dios es el único en quien debe confiar y por eso  no puede aceptar los pensamientos negativos, o mucho menos dejar que las emociones le obstaculicen o desvíen su fe. Debe evitar que los problemas y dificultades vengan a abatirle, permanezca  firme y confiando en su Dios!
Él te librará del lazo del cazador, de la peste destructora”. (Salmos 91:3)
El cazador coloca la comida en la jaula para que, en el momento en que el pájaro llegue para comer, se quede preso. Dios le pide que no busque facilidades y que no acceda a las emociones que comprometan  su salvación, su matrimonio, su salud y su reputación  porque todo lo que se conquista con facilidad, también se pierde rápido, pero lo que se conquista con sacrificio, nunca le será quitado, pues esto será dado por Dios.
Él le libra de los problemas normales, comunes y diarios, como también de los problemas mortales, enfermedades, catástrofes e injusticias. Pero esto sucede sólo en la vida de los que habitan en el abrigo, en el refugio y hacen del Señor su sombra, su morada, estos sí, pueden descansar. Solamente estas personas pueden recibir el Espíritu Santo y después disfrutar de estos beneficios, porque Él habitará en ella. No es suficiente venir a la iglesia, es necesario habitar en el abrigo del Altísimo.
Ayune y ore con nosotros. Tengo la seguridad que después de esto, ¡el Espíritu Santo le llenará! Y  como de esto consecuencia, podrá habitar en el Abrigo del Altísimo, descansar a la sombra del Omnipotente y podrá decir: “esperanza mía y castillo mío”, Dios mío, en quien confío”, pues Él le librará del lazo del cazador y de la peste perniciosa.
Continuará…