martes, 21 de febrero de 2012

La llama de la fe


Hay quienes piensan que por el hecho de un día haberse dispuesto a buscar a Dios y haber conquistado su liberación, su sanidad, la transformación de su familia, etc. Las dificultades no van a existir más en su vida. Pero esto es una gran equivocación. Los obstáculos siempre van a existir, pero para enfrentarlos y vencerlos es necesario vivir por la fe. “… como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá”. (Romanos 1:17).
No podemos pasar por alto, que para poder prevalecer en la fe se necesita invertir en nuestra vida espiritual. Estar fortalecidos y apoyados en la Palabra de Dios, guardar el corazón de los malos pensamientos, de las dudas, las palabras negativas, etc. Infelizmente son muchos aquellos que un día lograron respuestas materiales, pero por el hecho de no haber guardado su fe, hoy se encuentran apartados de Dios. Una persona apartada pierde su fe, es como una braza fuera del fuego, que poco a poco se va apagando.
Si no hay un compromiso con Dios, cuando vienen las adversidades no existe una resistencia y se termina desistiendo de la fe; esto es, la llama de la fe se termina apagando. No se puede en ningún momento descuidar de la fe, ella es la cosa más valiosa que se puede tener. Porque a través de ella se vencen todas las adversidades.
La vida es una batalla constante, y nuestra vida espiritual es algo que debemos considerar como primordial y tomarla con seriedad. Si usted guarda su fe, todas las luchas, las tribulaciones, las injusticias, etc., las va a vencer. Además, usted no solo conquistara los beneficios de la fe, pero sobre todo conquistara la vida eterna que es la salvación. Que Dios le bendiga.

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