lunes, 10 de octubre de 2011

Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja

No hay muerte para quien vive por la fe en el Señor Jesucristo.
Pronunciar la palabra muerte ya es asustador para personas comunes. Mientras tanto, el significado del fin de la vida para muchos no es lo mismo para otros.
La muerte tan cruel, cuyo espíritu corta vidas, tanto de inocentes como culpables; que no escoge sexo, edad, color, raza, clase social, cultura, en fin, que roba vidas descuidadas, de forma implacable o no, es temible, da pavor y, peor, no se cansa, ni se enfada.
Mas, para los que viven en el Señor Jesús, ella no tiene más fuerza. Antes, sirve gloriosamente como instrumento de garantía de la vida eterna.
Es por esto que el apóstol confesó: Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.” Filipenses 1:21
¿Quién puede entender esto? Es locura para los que se pierden; para todos cuyo corazón está preso a las ofrendas de este mundo.
La verdad es que la muerte sólo espanta a los hijos de las tinieblas, porque los de la Luz ya la vencieron por la fe.
“Jesús murió por todos; luego, todos morirán.”
¿Todos morirán?
¿Quién, de hecho, murió de verdad?
Morirán los que no viven para sí mismo.
“… y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para Aquel que murió y resucitó por ellos.” 2 Corintios 5:14-15
Los nacidos del Espíritu de Dios se burlan de la muerte, diciendo: ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?1 Corintios 15:55
¿Sabe por qué?
Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja
“Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos.” Romanos 14:8
Palabra fiel es esta: Si somos muertos con Él, también viviremos con él...” 2 Timoteo 2:11

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