sábado, 15 de octubre de 2011

“Pero…”

Dice un proverbio japonés que, cuando todos estaban elogiando el plumaje del Pavo Real, los pájaros protestaron: “Pero miren sus patas”.
El envidioso es siempre aquel que arruina placeres. Aquel o aquella que siempre tiene un “pero” para disminuir al otro, como si lo bueno del otro lo hiriese o disminuyese su yo.
Cuando tenemos ganas de decir un “pero…”, es mejor pensarlo muy bien: ¿Por qué quiero mostrarme diferente, contradictorio?  A caso hay algún motivo benefico, o es sólo para manifestar mi partecita de envidia, de malestar por el bien ajeno?

No hay comentarios:

Publicar un comentario