lunes, 29 de agosto de 2011

Alcance sus metas junto a Dios


¿Hasta dónde usted quiere llegar? ¿Ya pensó en eso? ¿O usted es aquel tipo de empresario que va llevando la vida?  Usted necesita tener un objetivo determinado para alcanzar, sino los contratiempos de la competencia lo desviaran de la línea de llegada.
A partir de algunas comparaciones, podremos visualizar lo que estoy diciendo. El empresario sin meta es igual a un barco sin el timón, que está a la deriva sobre las olas del mar. ¿Cuál será su final? El naufragio. Ahora imagine una cámara fotográfica con lentes sin foco. ¿Qué tipo de fotos saldrán de ella? Las peores posibles. Por eso, tenga siempre el foco delante de ti. Piense ahora en un parabrisas empañado de un automóvil. ¿Qué acontecerá? Un accidente. Entonces, tenga siempre la visión nítida de ese foco. Ahora imagine su empresa sin una meta y usted sin un sueño. ¿Cuál será el destino de ambos? La quiebra y la frustración.
La bancarrota de muchas empresas  es consecuencia de esa falta de elementos direcionadores, esto es, la falta de objetivos a ser alcanzados. No se puede administrar una empresa subjetivamente, sin saber dónde llegar. Es necesario soñar, y soñar alto. Es necesario motivar a los funcionarios, es necesario imaginar el éxito, creer de hecho en su condición empresarial.
Es prácticamente imposible ver el éxito empresarial sin la existencia de un punto demarcado  para llegar. Sin perspectivas osadas, el empresario no conseguirá alcanzar el éxito, pues él está siempre  a una distancia promedio entre la osadía y la visión de futuro que posee.
Demarque hoy mismo un objetivo para su empresa y persígalo hasta lograrlo. Soñar con una empresa grande y trabajar para alcanzar ese objetivo no significa tener espíritu de soñador, una vez que este no se esfuerce para conquistar, simplemente espera que el progreso caiga del cielo. ¡Y lógico que eso no va a suceder! Por eso, vemos tantos empresarios fallidos.
No obstante todo lo que fue hablado, defina muy bien sus metas con proyectos inteligentes, pero no se olvide de acompañarlos de cerca, porque sin una actitud como esta, usted no conseguirá alcanzar el objetivo deseado.
No es demasiada mi insistencia en llamar la atención del empresario para este factor importante. Por mejor que sean sus funcionarios, cabe a usted la responsabilidad de cuidar de la implantación y desarrollo de los proyectos. El éxito es el resultado final de un trabajo arduo. Por lo tanto, ¡manos a la obra!
Aprenda esto y mucho más en la cadena de la Prosperidad. Lo esperamos este lunes  a las 8, 10, 16 y a las 20 en Paque Patricios, calle La Rioja 2054. O en la Iglesia Universal más próximo a su hogar.

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